Una vez más, la
Iglesia Católica nos da motivo de burla y consecuente risa. Después de la
(inesperada? Irresponsable? Apócrifa? Satánica?) renuncia de su (la de ellos)
ex santidad, el Papa Ratzinger (el Papa Nazi), la dura carga recae sobre los
que quedan en la retrógrada institución para ver cómo se sacan los ojos los
unos a los otros y se quedan con el trono Papal.
Ahora bien, parece ser que para ser
Papa hay que jurar quedarse hasta la muerte, y “no bajarse de la cruz”. Un panorama
realmente alentador. Este Papa, dejó la cruz en pleno hundimiento y entonces
descargó una desgracia desconocida aún sobre la Santa Sede, porque
supuestamente eso no estaba permitido. Debe haber grandes agitamientos de
sotana por aquellos lados. Paso seguido: se evalúan los candidatos. Y ¿saben
qué? Uno es negro.
Si usted no tiene otra cosa qué hacer,
se puede referir al libro del Apocalipsis con respecto a esto. Si no, si está
muy apurado, se lo contamos nosotros. Parece ser que en la Biblia, al final
(“Es toda buena”), dicen que se viene el fin del mundo cuando asuma una Papa
negro. Literalmente o metafóricamente. Preferimos analizar todo de modo
literal. Muchos confundieron roles y apresuraron su suicidio cuando asumió
Obama. Pero esta vez, estamos hablando del puesto correcto. Si los chupacirios
del Vaticano saben algo, es lo que está escrito en la Biblia. Si están al tanto
de esta profecía, ¿van a elegir al negro? O sea, todo bien con las razas,
todas, pero ¿Tantas ganas tienen de tentar al destino?
O es eso, o van a
demostrar que otra equivocada profecía
eclesiástica fracasó.
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