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Hola, Paz.
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Qué hacías?
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Nada, fisgoneando.
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Sí, todo es fisgón.
- La aspiradora me succionó un
repasador y casi me desmayo.
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¿Y qué pasó?
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Tuve que desarmar el tubo.
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Oh, qué horror.
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Sí, sí lo es.
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Yo hace rato hable con cierto sujeto cuyo más grande
anhelo era ir de viaje por la latinoamericanidad toda. Me dijo que se va a
Suecia y Finlandia. Fijate.
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Ah, no… La gente desvaría. ¿Cuál es el problema con
ser consistente?
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No lo sé, Kari.
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Yo no sé qué pasa con las personas. Uno sabe qué se le
presenta, lo toma, lo usa para su satisfacción personal y se da cuenta de que al final todo lo que anunciaban era una vil mentira.
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Claro. En cambio, los cassettes son el mejor e único ejemplo de como deberían ser las cosas. Vos
leés la lámina adjunta, te anoticiás del contenido y lo escuchás sabiendo qué
te espera. ¿Por qué la gente no puede ser así?
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Porque la sociedad se volvió una cassettera
desorganizada. Nadie tiene el rótulo correspondiente, hay gente sin caja por
ahí. ¿Cómo hacés para saber qué te espera?
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No hay chance, finalmente Sally Field tenía razón y la
vida es en efecto como una caja de bombones, con el detalle que parece que
compramos una muy mala, en la que solo vienen esos de cereza con licor y esa
pasta simil banana que no sirve para nada, y uno continúa probando igual a ver
si una UNA vez te toca el de dulce de leche por lo menos.
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¿Viste que volvió Luisa Albinoni al estrellato?
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¿Fuimos nosotras?
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Todo indica que sí.
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No nos cansamos de estar en lo cierto.
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Hola,
hola, Gladys?
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Boluda, ¿Qué es eso?
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¡¿Se ligó?!
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Qué noventoso…
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