viernes, 21 de diciembre de 2012

¿Nadie Supo Bien Por Qué?

Pero háganme el favor.


Pasé un fin de semana lento y monótono en Pehuajó. Trabajando. Si no es por dinero, no voy a lugares así. No está de más decir que la gente con la que trabajé me trató muy bien, hicieron que la jornada fuera ágil y eficiente, y mi anfitrión era de una educación y corrección que hacía mucho que no veía. Alguien que me hizo valorar ser educador a la antigua. 
Pero, claro, lo primero que uno piensa cuando dice Pehuajó es ¡Manuelita! Y los lugareños no dejan a uno olvidarse de la legendaria tortuga. La canción de María Elena Walsh resuena en la mente durante toda la estadía de uno en ese paraje. Entonces se analiza la letra.
Y nos encontramos con que Manuelita, al parecer, se fue a Paris. A pie. Claro. Quiero subrayar que no estamos hablando de una campeona olímpica de atletismo ni de un animal remotamente rápido. Así que el medio de transporte de Manuelita y el esfuerzo que le debe haber costado nos da la pauta de que estaba preparada para hacer CUALQUIER cosa con tal de irse de Pehuajó. 
Mientras desayunaba antes de irme y miraba la tormenta que se desataba sobre el pueblo, una radio me juraba que estábamos escuchando a la verdadera chacarera Santiagueña. Escuchar la radio local en el interior es una experiencia única e irrepetible. Porque es de esas cosas que se hacen una vez sola con voluntad. Las demás son de prepo. Y cada vez que escucho la radio en el interior me pregunto. ¿Por qué bajan el volumen de la música de fondo cuando habla el locutor ? y por qué cuando éste termina de hablar la ponen al mango? Lo hacen muy abrupto, y hasta parece pueril. Por suerte, comprobé que el agua corriente tiene arsénico, por cualquier emergencia, me imagino. Esta gente piensa en todo la verdad.
Volviendo a Manuelita, la historia tiene algunos puntos ciegos. Por ejemplo, el tortugo, ¿dónde estaba? ¿Lo vio en Paris o la espera en Pehuajó?  Y la moraleja, ¿cual es? : quedate con lo que puedas en tu pueblo, porque si sos vieja, no te quiere nadie en otro país. ¡Qué gran mensaje!
Me fui de las polvorientas calles de Pehuajó, sin poder creer que todavía nadie supiera bien por qué.

1 comentario:

  1. Sin mencionar el leimotif de la trata de blancas que tan bien podría cuadrar con la historia de la precoz tortuga.

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