domingo, 27 de mayo de 2012

Tonteras de la Niñez


Ayer me pronosticaron conjuntivitis. Sí, estoy usando el verbo correcto, porque el pronóstico fue anterior al diagnóstico de un médico. Me desperté con un ojo como una salchicha, y toda persona que fue participada de mi dolencia me dijo que seguro era conjuntivitis. Decidí ir a una guardia, y comprobé que todos habían estado equivocados. En realidad, tenía una inflamación espantosa, que desapareció después de una intervención química sin mayores inconvenientes. Cuando salí de la guardia, me sentí desilusionada. Yo nunca tuve conjuntivitis. No es que quiera tenerla pero era una condición que para mí iba rodeada de un halo misterioso.
Cuando yo estaba en el jardín, pensaba que tener conjuntivitis te dejaba bizca. Me acuerdo de escuchar en el jardín “Fulanita no vino porque tiene conjuntivitis”, y esperar ansiosa su vuelta a la escuela para ver cuán bizca había quedado. Entre el misterio semántico y la imposibilidad de contagiármela  todos estos años, la conjuntivitis siempre tuvo para mí un tinte defraudador. Ni hablar de mi desencanto al ver que Fulanita volvió con los ojos derechos a pesar de haber tenido conjuntivitis.
¿Y por qué yo me emperraba en querer creer semejante sandez, en vez de preguntarle a un mayor? Porque mi verdad bastaba, al parecer, aunque sólo contara con pruebas insuficientes. Evidentemente, este berretín residía en el placer de haber intuido un significado y descubrir que estaba en lo cierto. No tengo muchos recuerdos de que esto hay pasado, pero sí todo lo contrario. Es decir, ir por la vida blandiendo significados erróneos. Orgullosamente, porque era mi lucha personal haber mantenido ese vínculo semántico tan particular como contraproducente para una comunicación eficaz. Sin mencionar la perplejidad de ser dejada en evidencia. Y es ahí donde la raíz de los neologismos que comparto con mis amigas se encuentra, y también la capacidad que tenemos en defenderlos y sostenerlos. ¿Por qué no pueden las palabras ser remixadas y reversionadas varias veces, como Let it Be? Casos como amenizar, arrimanar, etc. Igualmente, amén de la desilusión, me alegro de que no haya sido conjuntivitis.

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